La nutrición es importante a cualquier edad. Pero a medida que envejecemos, comenzamos a cosechar los resultados de nuestros hábitos alimenticios. Este es el momento en el que muchos de nosotros nos encontramos diciendo: “¡Ojalá me hubiera cuidado mejor cuando era más joven”!
Afortunadamente, nunca es demasiado tarde para implementar mejores hábitos alimenticios y realizar cambios que puedan evitar el desarrollo de enfermedades graves. Uno de esos cambios debería ser el incluir más fibra en su dieta.
¿Sabía que la dieta estadounidense promedio es severamente deficiente en fibra? Según las recomendaciones dietéticas, la mayoría de nosotros solo comemos la mitad de la fibra que deberíamos consumir. Las mujeres deben obtener al menos 25 gramos de fibra en su dieta cada día, mientras que los hombres deben aspirar a unos 38 gramos … Sin embargo, el estadounidense promedio solo consume alrededor de 15 gramos al día.
¿Por qué es tan importante la fibra? Numerosos estudios científicos han concluido que el consumo adecuado de fibra está relacionado con un menor riesgo de una enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 y algunas formas de cáncer. Todos deben prestar atención a la ingesta de fibra, pero si corres un mayor riesgo de padecer estas afecciones, debe tener especial cuidado y consumir más fibra. Esto es especialmente importante si a algún pariente cercano se le ha diagnosticado cáncer de colon o del tracto digestivo, o si su propio médico le ha informado de un aumento del riesgo.
La fibra también puede ayudar con la pérdida o el control de peso. Una dieta alta en fibra ayuda a la digestión y le ayuda a sentirse lleno, ayudando a perder peso o manteniendo su peso actual. Dado que el peso está tan estrechamente relacionado con la prevención de enfermedades, comer una dieta saludable probablemente lo beneficie de múltiples maneras.
Coma el tipo correcto de fibra. Al tratar de agregar más fibra a su dieta, le recomendamos que no confíe únicamente en las etiquetas de los alimentos. Muchos alimentos envasados y procesados contienen fibras añadidas que a menudo son de naturaleza sintética, y es posible que ni siquiera proporcionen ningún beneficio dietético. En su lugar, busque cumplir con los requisitos de su cuerpo al consumir alimentos que son naturalmente ricos en fibra, como frutas, verduras, granos integrales, frijoles, semillas y avena.
Como siempre, consulte con su médico de cabecera si le preocupa la prevención de enfermedades y su dieta. Su médico puede hacer recomendaciones basadas en sus exámenes de salud personales y necesidades dietéticas.