Es posible que haya visto los informes recientes de los medios de comunicación sobre el creciente problema de la dependencia de medicamentos recetados. A menudo, cuando hablamos de la dependencia de las drogas, nos imaginamos a personas jóvenes, malas decisiones de estilo de vida y drogas ilegales. Sin embargo, un número cada vez mayor de estadounidenses mayores también está desarrollando dependencia a los medicamentos recetados.
Este no es un problema limitado a los pobres, los que no tienen educación o aquellos que toman decisiones personales cuestionables. Debido a la forma en que los medicamentos funcionan en nuestro cuerpo, es posible que cualquiera desarrolle una tolerancia a un medicamento recetado perfectamente legal y necesario. Una vez que se desarrolla esa tolerancia, el paciente necesita dosis cada vez más altas para lograr los mismos efectos. Con el tiempo, el individuo puede comenzar a sufrir los efectos secundarios de su dependencia, o pasar a otras sustancias para lograr los mismos “resultados”.
Esta información no pretende alarmarlo ni persuadirlo de que no tome los medicamentos recetados necesarios. Habrá ocasiones en que los medicamentos sean absolutamente necesarios para tratar una afección médica o dolor (generalmente como resultado de una lesión o cirugía, pero también de afecciones continuas como la artritis). La conciencia es la clave para evitar una dependencia de drogas. Siga los siguientes pasos cada vez que le receten un medicamento.
Comuníquese con su médico. Él o ella necesita saber todos sus síntomas, estilo de vida y otros medicamentos para recetarle el medicamento correcto. Pregunte si existen alternativas más naturales u otras formas de controlar el dolor y otros síntomas médicos.
Revísese con regularidad. Comparta sus inquietudes con su médico, si el medicamento también parece dejar de funcionar o si le preocupan los efectos secundarios.
Nunca altere su dosis sin orientación. No aumente su dosis si siente que un medicamento ya no le funciona bien. Podría ser mejor cambiar los medicamentos, en lugar de aumentar continuamente la dosis y el riesgo a la dependencia.
No acepte medicamentos de familiares o amigos. Tienen buenas intenciones, pero no tome los medicamentos recetados de otra persona si le ofrecen. Llame a su médico si siente que sus necesidades han cambiado.
Familiarícese con los posibles efectos secundarios. Lea la información incluida con su receta e informe de inmediato a su médico cualquier posible efecto secundario.
Compre en una farmacia de confianza. Muchas farmacias en línea son seguras de usar, pero hay algunas que puede ser dudosas. Pregúntele a su médico si no está seguro de la reputación de un sitio web. Algunos (en particular los que están en el extranjero) venden medicamentos falsos, por lo que no puede estar seguro de lo que está obteniendo.
Y, por supuesto, si sospecha que se está desarrollando una dependencia de drogas en su cónyuge, hable con su médico. Las leyes de privacidad pueden impedir que el médico comparta información a cambio, pero él o ella puede hablar con su cónyuge o estar en alerta de un comportamiento peligroso.