Comer una dieta saludable puede ser uno de los pasos más importantes que puede tomar para mejorar su salud en general. Un plan de alimentación nutritiva puede evitar o incluso revertir algunas enfermedades crónicas. Pero usted podría creer que es imposible comer bien con un ingreso limitado… Por suerte, eso no es cierto para la mayoría de las personas.
Considere las siguientes estrategias e incorpórelas a su rutina regular, y puede comer una dieta que sea saludable pero también asequible.
Planifique con anticipación. Es más fácil seguir una dieta planificada previamente que elaborarla espontáneamente. Tómese el tiempo para planificar sus comidas para cada semana, haga una lista de compras y luego compre todo lo que necesita.
Algunas personas encuentran que usar una estrategia “inversa” les funciona. En lugar de elegir comidas y luego comprar los ingredientes necesarios, revisan los anuncios de ventas de su supermercado favorito. Luego, diseñan su plan de comidas en función de las promociones de esa semana.
Visite el mercado de agricultores. Una dieta saludable se basa en frutas y verduras frescas, y su mercado local de agricultores le permite comprar productos directamente de la fuente. Puede obtener una mejor oferta en comestibles, y al mismo tiempo obtener productos más frescos y de mayor calidad.
Incluya proteínas asequibles. La carne puede ser costosa, especialmente cuando no compra en ofertas. Pero otras fuentes de proteínas (como huevos, queso, yogurt, frijoles, lentejas y tofu) pueden proporcionar proteínas adecuadas sin romper el banco.
Considere los paquetes de comida. Para los jubilados sin familias numerosas, comprar alimentos a menudo puede ser un desperdicio. Es posible que no use todo antes de que caduque, y no es necesario comprar grandes cantidades de ingredientes para cada receta. Los paquetes de comidas de pedido por correo son la solución perfecta para aquellos que desean mantener bajos sus desechos y sus costos.
Hidrátese con agua. Si depende de refrescos dietéticos u otras bebidas con sabor, probablemente esté gastando demasiado en líquidos. Beba principalmente agua y puede ahorrar un poco en sus gastos de compras. Pedir agua en los restaurantes también puede ahorrarle varios dólares por comida. ¡Eso se acumula con el tiempo!
Identifique restaurantes con precios bajos. A veces no tiene ganas de cocinar, y está bien. Sepa dónde se encuentran sus opciones saludables y asequibles con anticipación, para que no se sienta tentado a gastar demasiado en comidas impulsivas en restaurantes.
Recuerde consultar con su médico sobre el mejor plan de comidas para sus necesidades. Él o ella puede ayudarlo a equilibrar su dieta para lograr la pérdida de peso, reducir el riesgo de diabetes y cumplir con otros objetivos que tal vez desee abordar.