Sabemos que el ejercicio regular puede contribuir en gran medida a mantener saludable su sistema cardiovascular. Pero la dieta juega otro papel clave en la salud del corazón. La Asociación Estadounidense del Corazón nos recuerda que debemos comer una dieta adecuadamente equilibrada entre frutas y verduras ricas en fibra, cereales integrales y proteínas y grasas saludables que aportan alimentos como frutos secos, semillas, pescado y aves. Pero algunos alimentos ofrecen beneficios para la salud cardíaca aún más protectores.
Los siguientes alimentos son recomendados por la American Heart Association, por razones específicas:
Remolachas. Las remolachas contienen nitratos, que dilatan los vasos sanguíneos. Un estudio de 2013 mostró que beber una taza de jugo de remolacha al día reducía significativamente la presión arterial en pacientes con hipertensión.
Brócoli y coles de Bruselas. Las verduras crucíferas proporcionan flavonoides y carotenoides que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades como las enfermedades cardíacas y el cáncer. Su fibra también ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Garbanzos. Los frijoles son una gran fuente de fibra y proteínas vegetales, las cuales ayudan a reducir los niveles de colesterol y estabilizan el azúcar en la sangre.
Tofu. El tofu es rico en proteínas e isoflavonas de origen vegetal, las cuales pueden mejorar los niveles de colesterol y proteger contra las enfermedades cardíacas.
Harina de avena. La avena es rica en fibra soluble, lo que le ayuda a mantener niveles más bajos de colesterol. Revise las etiquetas de información nutricional para asegurarse de que los “granos integrales” sean el primer ingrediente y evite el exceso de azúcar agregada.
Aceitunas y aceite de oliva. Las aceitunas y el aceite de oliva pueden ayudar a proteger contra enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cerebrovasculares. Algunas investigaciones han demostrado que el aceite de oliva incluso podría ayudar a reparar los revestimientos arteriales dañados.
Nueces y semillas de calabaza. Los frutos secos y las semillas proporcionan ácidos grasos omega-3 saludables para el corazón y también son ricos en fibra y magnesio.
Pescado. Ciertos tipos de pescado tienen un alto contenido de ácidos grasos omega-3, que son conocidos por sus beneficios protectores del corazón y por reducir la inflamación. El salmón, la caballa, la trucha de lago, el arenque, las sardinas y el atún blanco son buenas fuentes de este nutriente.
Arándanos. Todas las bayas tienen un alto contenido de vitamina C, fibra soluble y polifenoles (antioxidantes que absorben los radicales libres). Si no le gustan los arándanos, pruebe con moras, fresas, frambuesas, uvas rojas u otras variedades.
Chiles. La capsaicina en los chiles proporciona un calor picante, pero también efectos antiinflamatorios y antioxidantes. La capsaicina también puede ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre.
Por supuesto, los cambios en la dieta deben realizarse bajo la guía de su médico, quien es el que mejor comprende sus necesidades particulares. Hable con su médico sobre cómo la dieta puede afectar su riesgo de enfermedad cardíaca y ellos le ayudarán a elaborar un programa de alimentación para mantener su salud.