Todos sabemos que la dieta y la salud están intrínsecamente ligadas. Y con la desaceleración del metabolismo a medida que envejecemos, aumenta el riesgo de obesidad y problemas de salud relacionados. ¡No es de extrañar que su médico le recuerde constantemente que vigile su dieta!
Pero para muchas personas, puede ser difícil hacer cambios radicales en el estilo de vida. Y además de eso, ¿cómo sabe qué comer y en qué cantidad? Para muchos de nosotros, hacer algunas modificaciones simples puede ser mucho más fácil. Entonces, con esa idea en mente, evitar estos cuatro alimentos la mayor parte del tiempo puede marcar una gran diferencia. Además, son fáciles de recordar.
Bebidas azucaradas. ¡La mayoría de los refrescos, bebidas de café, limonadas y tés pueden contener tanta azúcar como el total que se debería consumir en un día entero! Un capricho ocasional está bien, pero consumir estas bebidas a diario no es una buena idea.
Refrigerios envasados y procesados. Si un refrigerio viene en una bolsita o envoltorio, véalo con desconfianza. Lea atentamente la etiqueta, porque algunos alimentos envasados contienen más de una “porción” y, por lo tanto, duplican o triplican la cantidad de calorías que podría esperar. Los bocadillos empaquetados son conocidos por su contenido de azúcar, mientras que optar por una combinación de proteínas y productos frescos ofrece una alternativa mucho más saludable.
Comidas congeladas o enlatadas. Sí, son convenientes, pero las comidas congeladas y enlatadas suelen tener un alto contenido de sodio. Dado que el 75 por ciento de las personas mayores de 60 años tienen presión arterial alta, es una buena idea simplemente omitir los alimentos preparados como la sopa enlatada y las pizzas congeladas.
Alimentos fritos. Simplemente al freír un alimento, triplica sus calorías. Un refrigerio frito de vez en cuando no será un gran problema, pero el consumo regular de alimentos fritos definitivamente afectará su cintura y su salud. Invierta en una freidora de aire para disfrutar de algunas de sus comidas favoritas y opte también por otros métodos de preparación.
Entonces, ¿qué comer en su lugar? ¡Recuerde que las frutas y verduras frescas vienen listas para comer! Y con un mínimo esfuerzo puede preparar una ensalada fabulosa. Las opciones fáciles de proteínas como el queso, el yogur, los huevos y las carnes magras son fáciles de preparar y ofrecen los nutrientes que necesita. Y, por último, no se olvide de la fibra y los carbohidratos saludables de fuentes como la avena o los cereales integrales.
Hable con su médico acerca de su dieta y estilo de vida, y pueden ayudarlo a identificar los alimentos que respaldan sus objetivos de salud y al mismo tiempo se ajustan a su apretada agenda.