Últimamente, los medios de comunicación han informado con frecuencia sobre la creciente incidencia de “superbacterias”. Estas cepas de bacterias resistentes a los antibióticos han evolucionado para vencer a los medicamentos diseñados para detenerlos, y la infección puede significar una enfermedad grave o incluso la muerte para la persona desafortunada que contrae la enfermedad.
La teoría de la evolución afirma que los organismos intentan adaptarse a los desafíos en su entorno, por lo tanto, se fortalecen y son más capaces de transmitir sus genes a la descendencia. Si una especie está viva hoy, se debe a un cambio continuo durante muchas generaciones que le permitió sobrevivir. Ya sea una cepa de bacterias o una forma de vida más compleja como los primates, el proceso es esencialmente el mismo.
Algunas bacterias han evolucionado en respuesta a un desafío, en este caso, los antibióticos modernos. Si bien los antibióticos merecen una gran cantidad de crédito por reducir las muertes por enfermedades comunes como la neumonía, el uso excesivo de ellos ha promovido el desarrollo de “superbacterias” que no se curan tan fácilmente.
Los CDC han identificado cinco amenazas urgentes de superbacterias y otras once que constituyen una “amenaza grave”. Las superbacterias infectan a aproximadamente 2.8 millones de personas en todo el mundo cada año, matando a unas 35,000.
La prevención de las superbacterias debe basarse en reducir la transmisión de ellas en primer lugar. Todos podemos tomar medidas para protegernos unos a otros, como
- lavarse las manos regularmente
- quedarse en casa cuando está enfermo
- limpiando los carros de compras y las manijas de las puertas antes de usarlas
- cubrirse la cara cuando tose o estornuda (y luego lavarse las manos)
- practicar técnicas seguras de preparación de alimentos
Reducir la transmisión de la enfermedad es importante, pero también debemos reducir las probabilidades de que una nueva bacteria mute para superar sus desafíos. Quizás el paso preventivo más importante que puede tomar es evitar el uso de antibióticos cuando no son muy necesarios.
La gripe, muchos resfriados y otras enfermedades se originan de un virus en lugar de una bacteria. Hable con su médico sobre si los antibióticos están garantizados y nunca use los antibióticos de otra persona (o cualquier otro medicamento) para tratarse usted mismo en casa.